Un casino de quita y pon en Las Vegas
La compañía Station Casinos, propietaria de varios casinos en Las Vegas, compró en una operación a tres bandas en 2006 el Castaways Hotel and Casino, un complejo que se encontraba pasando penurias económicas.
El resort no era ninguna broma, si no que su amplitud era espectacular: contenía 24.000 metros cuadrados, cerca de 20 pisos y 445 habitaciones.
La operación admitía ciertas dudas. Era bastante extraño que una compañía con tanto caché se hiciese con un casino que arrastraba tantísimos problemas. De hecho, se cerró en el 2004 y Station Casinos tomó la decisión de demolerlo en enero de 2006.
¿Entonces? ¿A qué se debió la compra?
No era por los terrenos, que no vendieron a posteriori. Tampoco para crear un nuevo casino, pues no se creó a pesar de que se intentó realizar la construcción de uno con decorado español y basado en nuestra cultural nacional. Pero no se llegó a llevar a cabo.
Las dudas cada vez se hacían mayores. Pero pronto se comprendió que había sido con la intención de conseguir la codiciada licencia de juego, ya que para abrir nuevos casinos debes seguir las reglas establecidas por la Comisión del Juego de Nevada y solo hay que ver cómo funciona esto que desde hace 7 años la Comisión de Juego no otorga nuevas licencias.
Pero no queda aquí la historia. Station Casino tenía que abrir un casino durante 8 horas cada dos años en ese mismo lugar para no perder la licencia. Ahora, ni cortos ni perezosos, Station Casino monta cada dos años un Casino que aparece y desaparece.
Se trata de un improvisado complejo de 12 metros por 3 de ancho. No importa que entren clientes o no, ya que «simplemente tiene que estar abierto al público». ¡Tremendo!
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